En abril del 2022 conocimos a los niños de Masaka Kids por primera vez, cuando fuimos a rodar un videoclip con ellos y la artista de orígen etíope afincada en Barcelona, Nadlyn.
La primera vez que hablamos fue para comentar la posibilidad de colaboración entre nuestra artista y ellos. Les pregunté qué necesitaban para hacerlo posible y me indicaron que nada, que simplemente estaban ilusionados por hacerlo.
Me sorprendió su respuesta porque aún sin conocerles intuía que a pesar de los números que manejaban en redes sociales sí debían tener necesidades que cubrir porque en la mayoría de los casos bailan canciones que monetizan los artistas principales que interpretan las canciones, no ellos. Desde ese momento, en el que necesitando todo no me pidieron nada ya conquistaron mi corazón por siempre.
Igualmente, antes de nuestro viaje a Masaka ( Uganda ) comenté el proyecto a la empresa Solideo y les realizaron una donación para ayudarles con matrículas escolares, medicamentos y calzado.
Cuando llegamos, todo fue magia, bondad y alegría, ellos estaban contentos a pesar de vivir en unas condiciones que aquí no concebimos. Dormían tres niños por cada cama de 90. Me comentaron que no cabían más niños y por eso algunos estaban ubicados en las villas y no en la casa con ellos, pero que les llevaban comida para ayudarles. Cocinaban en el suelo, con leña, en una cacerola grande y vieja y comían en el suelo.
Cuando les pregunté cuál era su sueño, me dijeron que era el de construir una casa más grande para poder acoger a más niños y al mostrarme los planos ahí ya supe que había un antes y un después. Se convirtió en algo prioritario. Regresamos a España con la promesa de hacerlo aunque no sabíamos cómo y sí, tras una suma de situaciones que una lleva a la otra, conseguimos construir esa casa.
En Octubre del 2022 produjimos el evento de los Latin Acoustic Grammy en Las Ventas de Madrid. Era la primera vez que la marca pisaba España y fue realmente algo increíble para nosotros como productora. Esos meses previos al evento era una auténtica locura y en esa vorágine conocí al empresario Enrique Tomás, que nos colaboró con producto y presencia en esos primeros acústicos. A los pocos días, nos fuimos a Las Vegas para los Premios Latin Grammy, pasamos unos días increíbles y nació una bonita amistad.
Ya de regreso a España, Enrique Tomás nos invitó a comer en su casa y en tono desenfadado hablamos de la vida, de los sueños, del jamón, de la música, que todo lo que nos inspira a cada uno de nosotros. Tras mostrarle en el móbil este docu de 4 minutos, estas fueron sus palabras : «Yo me encargo de financiar esa casa, si tú te encargas de hacerla».
Su reacción me pilló de sorpresa porque nuestra intención en ese momento no era pedirle ninguna financiación, pero claro, en el documental una parte reza «nuestro objetivo es el de construir una casa más grande para poder acoger a más niños». Y dicho y hecho, Enrique se comprometió a llevarlo a cabo. A ese primer estado de alegría por nuestros niños me secundó un estado de pre-pánico y también escuché, cómo no, esa voz interior diciéndome «ay mi madre, donde te has metido, cómo vas a hacer tú ahora una casa en Uganda desde España y salir airosa»?
Además pensando que somos productores, no arquitectos, y que nuestro afán era el de ayudarles de forma altruista, obviamente sin contraprestación económica desde nuestra parte, suponía un gran reto, primero por hacerlo realidad para los niños y segundo por no fallar en la confianza que nos mostraba Enrique Tomás.
Lo bueno es que sabes que reciben directamente el dinero en su Fundación y no hay cargos extras por mantener infraestructuras de organización, sueldos de trabajadores ni intermediarios; la ayuda siempre es directa para ellos y no se pierde nada en el camino.
Enseguida conectamos cabos y a través de la ONG Kelele Africa, que habíamos conocido en nuestro primer viaje a Uganda, llegamos al arquitecto Rafael Gil.
Desde luego, sin él habría sido imposible haber llevado a cabo de forma exitosa la construcción de la casa, y más en un territorio tan desconocido para nosotros.
Tres meses a contrareloj, edificando no solo el bloque principal, sino también otro bloque para comedor y cocina, letrinas, pozo de agua, luz, campo de futbol, huerto, carretera de acceso a la casa, emparcelamiento de la finca… en fin, indescriptible el maravilloso trabajo que realizó Rafael Gil. No hay palabras para definir su grado de profesionalidad, implicación, compromiso y talento.
Os recomiendo descargar de forma gratuita su libro, «Un hogar para Masaka Kids», donde veréis el proceso completo
https://drive.google.com/file/d/1v_N7npn4G63fzNN8y02USGpUqwp4vK24/view?usp=drivesdk
El día de la inauguración fue uno de los más felices de nuestras vidas, ver a los niños saltando sobre sus camas con esa alegría fue indecriptible. Cada niño había elegido su propia cama y así nos lo mostraban.
Todavía quedaban 30 camas por completar con los niños de la lista de espera de las villas pero Masaka no tenía recursos para hacer frente, así que de regreso a Barcelona, hablamos con el FCB y la Fundación Futbol Club Barcelona y….
Continuará… estad atentos al próximo blog 🙂